María Antonia Uzkudun Amunarriz, también conocida como "Txikita de Anoeta", nació en 1927 en Anoeta y falleció en Madrid en 2008. Fue una destacada pelotari, raquetista y deportista profesional vasca.
Desde una temprana edad, María Antonia mostró su habilidad para el deporte, comenzando a jugar pelota siendo apenas una niña, golpeando la pelota contra las paredes del ayuntamiento de Anoeta. Siempre llevaba consigo una pelota en el bolsillo. De trece hermanos, solo ella y su hermana Mónica se dedicaron profesionalmente a la pelota.
A los catorce años, en 1941, debutó en el frontón Tormes de Salamanca, aunque en sus inicios no tenía la edad legal para jugar profesionalmente, lo que resolvió de alguna manera. Conoció a su futuro esposo, José María Gil, en el frontón Madrid cuando ella tenía dieciocho años, con quien tuvo una hija llamada Carmen.
Reconocida como una de las mejores raquetistas del mundo, María Antonia compitió en frontones de Madrid, Cuba, México, Barcelona y Valencia. Durante su carrera, jugó en el frontón Madrid junto a otras destacadas mujeres como Gloria Agirre ("Txikita de Aizarna"), Eladia Altuna, Irura y Agustina de Otaola. En aquella época, los frontones en la capital eran numerosos, incluyendo el Barbieri, Iberia y el conocido frontón Madrid, ubicado entre la Puerta del Sol y el Congreso de los Diputados. Las apuestas movían grandes sumas de dinero, con entrenamientos por las mañanas y partidos profesionales por las tardes. María Antonia pasó de cobrar mil pesetas al mes a 500 pesetas por partido. A pesar de que la raqueta era un deporte bien visto para las mujeres en aquel entonces, María Antonia y sus compañeras destacaban, cuidando los hijos unas de otras durante los partidos.
A lo largo de su carrera, María Antonia fue admirada por su amabilidad y recibió numerosos premios y homenajes, siendo también invitada a entregar algunos de ellos. Se retiró del deporte a los cuarenta años y se estableció en Madrid. Su nieto, quien actualmente reside en Estados Unidos, conserva su colección de raquetas.
Además, María Antonia logró numerosos títulos y reconocimientos a lo largo de su carrera, incluyendo campeonatos regionales y nacionales. También se destacaron sus emocionantes rivalidades deportivas y momentos memorables en el terreno de juego. Fuera del ámbito deportivo, María Antonia contribuyó al avance del deporte femenino, rompiendo barreras y siendo un modelo a seguir para generaciones posteriores de atletas. Su legado perdura hasta hoy, recordándola como una figura emblemática en la historia del deporte vasco y español.
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