Así describiríamos nuestro sentir en ASPEGI, así entendemos que nos sentimos las mujeres ante un sistema judicial que mide la violencia ejercida sobre nosotras en base a los huesos rotos y pérdida de sangre que dictamine el parte médico. ¿Qué mensaje transmite? Si no resistes y te expones a morir, consientes.DESPROTEGIDAS.
Ayer al mediodía se conocía la sentencia del juicio por la violación en grupo a una mujer en los San Fermines 2016. Dicha sentencia
• Reconocía que los hechos habían sido probados, que la joven “la denunciante se sintió impresionada y sin capacidad de reacción”, es decir, no consintió, fue forzada.
• Sin embargo, entienden los jueces que en una situación en la que cinco hombres de notable envergadura, más edad, actuando en grupo, en una ciudad ajena a la víctima, una joven de 18 años, la introducen en un portal de reducidas dimensiones escondiendo sus verdaderas intenciones.... “los acusados no ejercieron intimidación”.
• Asimismo, consideraba que el hecho de que 5 hombres fuercen simultáneamente a una mujer no es ejercer violencia, por lo que concluyen que lo que ocurrió fueron abusos sexuales y no VIOLACIÓN.
La ley establece las bases sobre las que calificar un delito, pero elementos valorativos como si ha habido o no “intimidación” o si ha habido o no “violencia” están sujetos a la “interpretación” de los jueces, y en nuestra opinión, lo expuesto en esta sentencia demuestra que la justicia no entiende que es una relación entre iguales, en libertad, elegida, consentida. La justiciaNO NOS PROTEGE.
Nos sentimos consternadas e indignadas ante semejante sentencia que constituye, a todas luces, un nuevo obstáculo para la erradicación de la violencia machista contra las mujeres y para lograr una igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres. En Aspegi nos preguntamos, ante sentencias de este tipo, qué clase de mensaje se envía a la sociedad, a mujeres y hombres, a las y los jóvenes, a los niños y las niñas; qué mensaje han recibido las mujeres víctimas de violencia machista, todas las mujeres. Y qué mensaje están recibiendo los hombres, algunos hombres.
Consternación e indignación ante una sentencia (que no es la única) que nunca debería haberse pronunciado.
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